Guías didácticas:
- Puede optar por completar este tema en una sesión.
- El objetivo de esta clase es ayudar a los buscadores de la verdad a comprender el significado y las características de la única iglesia verdadera, así como su importancia para nuestra salvación.
Diapositivas de presentación:
▶️ Diapositivas sobre la iglesia para usar en clase
¿Por qué es importante la iglesia?
El significado de “iglesia” según la Biblia
Cuando escuchamos la palabra “iglesia”, nos vienen a la mente imágenes de capillas con campanarios o hermosas catedrales. Esto se debe a que a menudo asociamos la palabra con edificios donde la gente se reúne para adorar. Pero cuando la Biblia habla de iglesia, casi nunca se menciona de edificios físicos. De lo contrario, cuando encontramos la palabra “iglesia” en la Biblia, se refiere a las personas que pertenecen a Jesucristo.
Por lo tanto, cuando Pablo escribe a la iglesia de Corinto, en sus palabras de apertura dice lo siguiente:
A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: (1 Corintios 1:2)
Como podemos ver, la iglesia no es un edificio, sino que son aquellos que han sido santificados en Cristo Jesús y que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
En la Biblia, la palabra "iglesia" significa "asamblea". La iglesia es una asamblea de creyentes de Cristo que han sido santificados en Cristo Jesús. Una iglesia puede ser local, refiriéndose a una congregación de creyentes en un lugar determinado. Pero el mismo término también puede referirse a los creyentes de todos los tiempos y lugares. En resumen, la iglesia es el cuerpo colectivo de todos los creyentes de Jesucristo.
El cuerpo de Cristo
Según la Biblia, la iglesia es más que la reunión de creyentes. La iglesia está estrechamente relacionada con el Señor Jesucristo. En su carta, Pablo les dice a sus lectores cristianos:
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. (1 Corintios 12:27)
Los creyentes son el cuerpo de Cristo. Cada creyente individual es un miembro de este cuerpo de Cristo. El cuerpo colectivo de todos los creyentes está unido a nuestro Señor Jesús. Además, Cristo es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.
Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia. (Colosenses 1:18a)
La iglesia es un cuerpo vivo espiritual inseparable del Señor Jesús. Así como el cuerpo está conectado a la cabeza, y la cabeza dirige todo el cuerpo, la iglesia está conectada al Señor Jesús y Él es el Señor de toda la iglesia.
A la luz de esta enseñanza bíblica, sabemos que una vez convertidos en creyentes del Señor Jesús y bautizados en Cristo, somos miembros del cuerpo de Cristo. Ningún miembro individual del cuerpo puede separarse del cuerpo. Cada miembro del cuerpo pertenece solo a la cabeza.
Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. (Romanos 12:5)
Así como estamos unidos a Cristo, los creyentes también están unidos unos a otros. No podemos decir que pertenezco sólo al Señor Jesús pero no tengo nada que ver con la iglesia. Pertenecer a Cristo es también pertenecer a su cuerpo, que es la iglesia.
La iglesia y la salvación
Antes de que el Señor Jesús ascendiera al cielo, les dio a sus discípulos la comisión de llevar las buenas nuevas de la salvación al mundo entero. Él les dijo:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” (Mateo 28:19)
Jesús mandó a sus discípulos que fueran e hicieran discípulos a todas las naciones bautizándolos. Esto es exactamente lo que hicieron los discípulos. Después de haber recibido el Espíritu Santo, los discípulos bautizaron a los conversos en el nombre de Jesucristo para la remisión de sus pecados. Los que fueron bautizados fueron salvos y añadidos a la iglesia. La iglesia es entonces el medio por el cual nuestro Señor Jesucristo nos imparte su salvación.
Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. (Efesios 5:23)
Cristo es la cabeza de la iglesia. La iglesia es su cuerpo y Cristo es el Salvador de la iglesia. Si Cristo es el Salvador de la iglesia, todos los creyentes juntos reciben la salvación de Cristo, no sólo como individuos, sino también como cuerpo colectivo.
Por esta razón, la Biblia también nos enseña que Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra (Efesios 5:25-26). De la misma forma, la Biblia también nos dice que Dios la ganó por su propia sangre.
En todas estas enseñanzas bíblicas, vemos que la salvación que el Señor Jesús nos da es inseparable de su iglesia. Nosotros, los que somos salvos por el Señor, ya fuimos traídos a su iglesia y unidos como su cuerpo.
Hay un solo cuerpo
Hoy en día, hay decenas de miles de denominaciones cristianas en el mundo. Nos referimos por denominación a los distintos cuerpos religiosos. Aunque en general todos los cristianos confiesan a Jesús como su Señor y Salvador, están divididos en cuerpos separados debido a diferencias doctrinales. Esta realidad es bastante diferente de lo que la Biblia dice acerca del único cuerpo de Cristo.
Un solo cuerpo según la Biblia
Cuando la Biblia usa el término plural “iglesias”, no se refiere a diferentes denominaciones cristianas, sino a cristianos que vivían en diferentes lugares físicos. El concepto de que haya diferentes grupos cristianos a causa de diferencias doctrinales es ajeno a la Biblia. Cuando se habla de toda la asamblea de creyentes sin importar su ubicación física, la Biblia usa el término singular “iglesia”.
Por ejemplo, en Efesios leemos lo siguiente:
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, (Efesios 5:25)
La relación entre Cristo y la iglesia es como la de marido y mujer. Así como el marido tiene una sola mujer, Cristo tiene una sola iglesia. De hecho, la iglesia está tan íntimamente unida a Cristo que la Biblia llama a la iglesia el cuerpo de Cristo. Cuando se describe a la iglesia como el “cuerpo de Cristo”, la Biblia usa consistentemente el término singular “cuerpo de Cristo”, nunca usa la forma plural “cuerpos de Cristo”. Así como la cabeza tiene un solo cuerpo, Cristo también tiene un solo cuerpo.
Por eso, la Biblia menciona repetidamente a la iglesia como un solo cuerpo.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. (Colosenses 3:15)
Los creyentes son llamados a formar un solo cuerpo, no diferentes denominaciones o cuerpos religiosos. Para unirnos a nuestro Señor Jesucristo, es necesario que seamos miembros del único cuerpo de Cristo.
Los miembros de un solo cuerpo
¿Es posible que todas las diferentes denominaciones que vemos hoy sean todas parte del único cuerpo de Cristo? ¿No deberían las diferentes denominaciones aceptarse entre sí y trabajar juntas como miembros diferentes de un solo cuerpo? Pero eso no es lo la Biblia refiere cuando habla de los miembros del cuerpo de Cristo.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. (1 Corintios 12:27)
Según la Biblia, los miembros del cuerpo de Cristo son individuos, no denominaciones. La razón por la que hay tantas denominaciones es porque no han podido ponerse de acuerdo sobre sus creencias fundamentales. Mientras que un grupo cree que el bautismo es necesario para la salvación, otro grupo ve al bautismo como un rito que no tiene ningún efecto en la salvación. Estos puntos de vista opuestos son incompatibles entre sí. Cuando vemos al cuerpo de Cristo en la Biblia, los miembros de la iglesia no tenían diferentes creencias básicas. De lo contrario, todos tenían una fe común respecto a la salvación.
Jesús edifica una sola iglesia
El Señor Jesús le dijo a Pedro:
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. (Mateo 16:18)
El Señor Jesús prometió que edificaría una iglesia, no muchas iglesias.
En su oración de despedida, el Señor también le pidió al Padre que guardaran a todos los creyentes para que fueran uno.
Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. (Juan 17:11b)
A través de la cruz, nuestro Señor Jesucristo estableció un solo cuerpo. Con su preciosa sangre, fundó una sola iglesia.
Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. (Efesios 2:16)
El plan de salvación de Dios era establecer un solo cuerpo de creyentes, no muchos cuerpos separados. En la Biblia, podemos ver a partir de la historia de la iglesia que así fue como la iglesia se estableció y creció.
La expansión de la única iglesia
Después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo, derramó su Espíritu Santo y estableció su única iglesia. Los discípulos, obedeciendo al mandato de Jesús, salieron a predicar las buenas nuevas. Los que creyeron y fueron bautizados fueron añadidos a la iglesia. Los discípulos también iban y oraban por los conversos para que recibieran el Espíritu Santo.
A lo largo de la Biblia, la iglesia se mantuvo siempre como un solo cuerpo, incluso cuando se fue expandiendo por los continentes. Todos los cristianos provenían del mismo grupo de creyentes y todos los creyentes estaban unidos juntos. No encontramos otros nuevos grupos cristianos que establecieran sus propias denominaciones.
A los ojos de Dios, sólo puede haber una iglesia, el único cuerpo de Cristo. En el siguiente segmento, descubriremos la forma para encontrar hoy esta única iglesia y convertirnos en miembros de este único cuerpo de Cristo.
¿Dónde está hoy la única iglesia verdadera?
Si de todos los grupos cristianos de hoy hay una sola iglesia y un solo cuerpo de Cristo, entonces, ¿cuál iglesia es esa única iglesia, el único cuerpo de Cristo?
Un concepto clave a tener en cuenta es que la iglesia no es establecida por el hombre. En este mundo, personas con ideas afines pueden reunirse para crear una organización. Pero según la Biblia, ésta no es la forma como se establece la iglesia. Dios es quien establece su iglesia. Así como Dios edificó su iglesia en la era del Nuevo Testamento, de la misma manera, también establece su iglesia hoy. Si hoy queremos encontrar al único cuerpo de Cristo, entonces tendremos que buscar a la iglesia que Él mismo estableció.
Esta no es una cuestión de si una iglesia es mejor que otra. El cuerpo de Cristo no pertenece a ningún individuo, sino que pertenece solo a Cristo. Todos necesitamos saber dónde está el cuerpo de Cristo y unirnos a ese cuerpo.
El derramamiento del Espíritu Santo
¿Cómo comenzó la iglesia en el Nuevo Testamento? Después de que el Señor Jesús ascendió al cielo, Él derramó el Espíritu Santo sobre sus seguidores y todos comenzaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen. A partir de ese mismo día, los apóstoles comenzaron a predicar el bautismo en el nombre del Señor Jesucristo para la remisión de los pecados. A los que fueron bautizados se les dio la promesa del Espíritu Santo.
A medida que la iglesia iba extendiéndose a otras regiones, Dios también derramó el Espíritu Santo sobre los que creyeron. Por ejemplo, cuando las buenas nuevas de Jesucristo llegaron a la ciudad de Samaria, en un principio, nadie recibió el Espíritu Santo. Entonces, la iglesia de Jerusalén envió apóstoles a Samaria para orar e imponer las manos sobre los que habían sido bautizados. Luego, el Espíritu Santo fue derramado sobre ellos.
Cuando el evangelio llegó por primera vez a los gentiles, el Espíritu Santo también fue derramado sobre los gentiles. Pedro recuerda este evento:
“Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio”. (Hechos 11:15)
El Espíritu Santo cayó sobre los gentiles tal como había caído sobre los seguidores de Jesús en el día de Pentecostés. Como resultado, los creyentes gentiles fueron bautizados y se unieron al único cuerpo de Cristo.
El derramamiento del Espíritu Santo es esencial para el establecimiento y la expansión de la iglesia. Dondequiera que se predicaba el evangelio, los creyentes recibían el Espíritu Santo de la misma manera que cuando el Espíritu Santo fue derramado por primera vez.
Un solo Espíritu
Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. (Efesios 4:4)
La Biblia nos presenta las características del único cuerpo de Cristo. La primera característica es que este único cuerpo tiene un solo Espíritu. La marca del cuerpo de Cristo es la presencia del Espíritu Santo.
En quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2:22)
El cuerpo de Cristo es la morada de Dios en el Espíritu. Dondequiera que esté la iglesia que Dios ha establecido, debe haber la presencia del Espíritu de Dios a través del derramamiento del Espíritu Santo. Esta es la precedencia que encontramos en la Biblia.
Hoy, vemos exactamente el mismo fenómeno en el establecimiento y crecimiento de La Verdadera Iglesia de Jesús. Dondequiera que se expanda La Verdadera Iglesia de Jesús en el mundo, somos testigos de que, al igual que en el día de Pentecostés, hoy Dios derrama el Espíritu Santo para que aquellos que lo reciban también hablasen en otras lenguas según les de el Espíritu. Esto no es obra humana, sino obra de Dios. Es una señal clara de que La Verdadera Iglesia de Jesús constituye hoy el cuerpo de Cristo. Al aceptar el evangelio que La Verdadera Iglesia de Jesús predica y al ser bautizados en Cristo en La Verdadera Iglesia de Jesús, nos convertirnos en miembros del cuerpo de Cristo.
Una sola fe
Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, (Efesios 4:4-5)
Además de que el cuerpo de Cristo tiene un solo Espíritu, la Biblia también nos dice que la iglesia tiene una sola fe. “Una fe” se refiere a un conjunto de creencias fundamentales que comparten todos los miembros del cuerpo de Cristo.
Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. (Judas 3)
Judas menciona aquí la fe que ha sido una vez dada a los santos. Este es el conjunto de creencias básicas confiado a la iglesia. Insta a los creyentes a contender por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Esto significa que cuando se trata de las creencias básicas de la iglesia, no puede haber lugar para compromisos. Estas creencias no se deben cambiar con el tiempo. Judas menciona aquí "nuestra común salvación". La fe de la que habla se refiere a las creencias que son esenciales para nuestra salvación. No importa dónde se predique el evangelio, debemos adherirnos y mantenernos firmes en estas creencias para ser salvos.
Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. (1 Corintios 15:1-2)
Pablo también exhorta a los creyentes a retener la palabra del evangelio que han recibido. Es por medio del mensaje de este evangelio que somos salvos.
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:8)
Debido a que el evangelio es esencial para la salvación, éste no debe cambiarse. Una noción popular que encontramos hoy en día es que todas las iglesias son iguales porque todas predican a Jesucristo. Pero Pablo advirtió a los creyentes acerca de aquellos que predicaban un evangelio diferente. Aparentemente, estas personas también predicaban a Jesucristo, pero su evangelio contradecía el verdadero evangelio de salvación. Tales evangelios no salvan sino que alejan a la gente de la salvación. Entonces, si bien debemos abrazar a todos, también debemos reconocer que sólo puede haber un evangelio de salvación.
El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad. La iglesia que es la morada de Dios en el Espíritu debería predicar y apoyar la misma verdad de salvación que los apóstoles predicaron y sostuvieron. Los grupos cristianos que fundamentalmente tienen creencias diferentes y contradictorias acerca de la salvación, no pueden formar parte de este único cuerpo de Cristo. Por otro lado, La Verdadera Iglesia de Jesús es la iglesia que Dios ha establecido a través de su Espíritu en este tiempo final. Por consiguiente, también ha recibido del Señor la verdad de la salvación. Esta única fe une a los creyentes de todo el mundo y a lo largo del tiempo.
Un solo bautismo
Un Señor, una fe, un bautismo, (Efesios 4:5)
Además de compartir la misma fe, el cuerpo de Cristo practica un solo bautismo. Esto significa que todos los creyentes del cuerpo de Cristo son bautizados en Cristo de la misma forma. A diferencia de las diversas formas de bautismo que presenciamos en la cristiandad, La Verdadera Iglesia de Jesús se adhiere fielmente a la forma de bautismo ejemplificada por el Señor Jesús y los apóstoles.
El bautismo está íntimamente relacionado con el cuerpo de Cristo porque el bautismo es el medio por el cual somos añadidos al cuerpo de Cristo.
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. (1 Corintios 12:13)
A través del bautismo, nos incorporamos al cuerpo de Cristo. Pablo explica a los creyentes de su época que "por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo". Cuando somos bautizados en Cristo, independientemente de nuestra etnia o estatus, pasamos a formar parte de este único cuerpo. En el cuerpo de Cristo no hay distinción en cuanto a trasfondo o antecedentes.
Otra cosa que notamos en este pasaje es que somos bautizados en un mismo Espíritu. En otras palabras, cuando somos bautizados, el Espíritu Santo está presente para llevar a cabo el efecto de salvación del bautismo.
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. (Juan 20:21-23)
En su comisión a los discípulos, el Señor Jesús les dio la promesa del Espíritu Santo y a través del Espíritu Santo les concedió la autoridad para perdonar pecados. Como vemos aquí, la presencia del Espíritu Santo en el bautismo es crucial para la remisión de pecados. Cuando la iglesia establecida por el Espíritu Santo administra el bautismo, la sangre de Jesús lava los pecados del bautizado. Es por ello que los seguidores de Jesús tuvieron que esperar en Jerusalén para la venida del Espíritu Santo antes de que bautizaran a los conversos para la remisión de pecados. Es el Espíritu Santo quien lleva a cabo el efecto de la remisión de pecados en el bautismo.
Hoy en día, sólo la iglesia establecida por Dios a través de su Espíritu Santo recibe la comisión de bautizar a la gente para la remisión de pecados. A través de este único bautismo, somos traídos al cuerpo de Cristo.
¿Estás buscando hoy a la iglesia que es el cuerpo de Cristo? La Verdadera Iglesia de Jesús fue establecida por el derramamiento del Espíritu Santo, y ella es la morada de Dios en el Espíritu. La Verdadera Iglesia de Jesús ha recibido la misma fe que recibió la iglesia apostólica y predica el mismo evangelio de salvación que predicaron los apóstoles. Mediante la autoridad otorgada por el Espíritu Santo, la iglesia bautiza para la remisión de pecados y trae a los creyentes al cuerpo de Cristo.
Preguntas y respuestas frecuentes
- ¿Por qué se llama “La Verdadera Iglesia de Jesús”? ¿Acaso todas las demás iglesias son falsas? [13.1]
- ¿Es necesaria la iglesia para la salvación? [13.4]
- ¿Existe una sola iglesia verdadera? [13.5-13.9]
- ¿Acaso todos los otros cristianos no serían salvos? [13.10]
Respuestas (Preguntas y respuestas, Capítulo 13: La iglesia)